Chaqueta de doble botonadura, pantalones, camisa satinada, botines de tacón cubano y cinturón de Saint Laurent por Anthony Vaccarello.
Dos vértebras fracturadas, un 95% de pérdida de visión y un mes y medio de ingreso hospitalario. El 20 de octubre Mario Vaquerizo (Madrid, 1974) sufrió una caída durante una actuación de su grupo musical, Nancys Rubias, en el Festival Horteralia de Cáceres, que pudo haber resultado fatal. “Salí del hospital en silla de ruedas y declaré que el cardado me había salvado la vida. Nacho Canut se pregunta cómo fui capaz de decir eso. Pero es que ¡es verdad! Con laca fijadora se convierte en una especie de casco que no cree en la gravedad. Yo me caí, y el cardado me salvó. Nacho está componiendo mi nueva canción, una especie de rockabilly; se titulará El cardado me salvó la vida”, anuncia el showman.
Esa frase está al nivel del “Cada maricón es un mundo" de Fabio McNamara.
Es muy difícil estar a la altura de Fabio. Fabio solo hay uno. Pero yo siempre he sido muy copión. Y, como decía la gran Paloma Chamorro, yo no tengo la culpa de que todos mis amigos sean genios. Y como son mis amigos, me dejan apropiarme de sus frases.
Usted puede renunciar a su caché —lo hizo para rodar la promo de Lo de Évole—, pero no a su peluquero. Sin cardado, ¿no hay Mario Vaquerizo?
No, no. Mario es igual con o sin cardado. No hay personaje. Lo que pasa es que Mario con cardado se ve más guapo. Mario es un tío muy sincero consigo mismo, un tío que no va de nada, un tío profesional que sabe comportarse y que no es ni blanco ni negro. Soy poliédrico. Tengo muchas caras. Y las saco según veo. También tengo un poco de decoro y educación. Estudié en colegios públicos muy buenos. En Canillejas y en el barrio de Salamanca. Yo vengo de todos lados, y estoy arriba y abajo, con las más pijas y con mis primos de Cuatro Vientos; con Pitita Ridruejo y en la Fabrik. No tengo prejuicios, me relaciono con todo el mundo y estoy a gusto en un sitio y en otro. Eso es lo que me define.
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Mario Vaquerizo lleva pantalones, botines y cinturón de Gucci y reloj de Cartier.
Periodista musical, mánager de Fangoria, front man del “primer grupo prefabricado del pop español”, tertuliano, marido de Alaska, en los últimos tiempos Mario Vaquerizo ha mostrado su faceta más desconocida. “Yo soy muy jijiji, jajaja, pero también una persona muy seria y muy coherente”, advierte. El motivo, un accidente lo ha cambiado todo… para que todo siga igual. Un percance que podría haberle costado la vida, dejarlo ciego o postrado en una silla de ruedas. “Yo antes decía: ‘Si me quedo en coma, me aferraré a la vida’. Menuda gilipollez. Eso sería una putada para mí y para la gente que quiero. Ahora prefiero morirme. Hay que resetearse. El reseteísmo es una forma de seguir vivo”, razona. Así reza el estribillo de Reset, el nuevo single de las Nancys Rubias que escucho en la sede en Madrid de su discográfica, Warner Music, antes de la entrevista. La primera después de salir del hospital, que el interesado se toma como una oportunidad para el autoanálisis. “Ante las preguntas de terceros piensas en cosas que no tienes presentes en tu día a día”, asegura.
La “entretenedora”, como también le gusta denominarse, llega a la cita puntual, con la melena canosa recogida en una coleta y gafas de sol Ray-Ban. Aún lleva collarín, que disimula con la lazada de su blusa de lunares de Saint Laurent. Después de saludar a todo el mundo con un efusivo “Buenos días” se abre el primer botellín de Mahou, fiel a la imagen de hombre locuaz y un poco locatis que vemos en la televisión, escuchamos en la radio o descubrimos haciendo scroll en las redes sociales, donde está acostumbrado a ser Trending Topic. “Soy un marciano. Soy una persona extraña, pero no como un gótico. Esas cosas no me gustan. Soy mucho y nada. Y claro, no saben por dónde pillarme. Dicen: ‘Quiere ser famoso, pero no quiere ser famoso. Es maricón, pero no es maricón. Lleva cardado, anuncia una laca… ¡Soy muy warholiano! A mí Warhol me gusta más como filósofo que como artista. Warhol hacía lo que le salía del coño. Y yo también. De siempre. He tenido muchos huevos. Pero no con rebeldía, no. Pensando en mí”, sostiene. Como el artista pop, Vaquerizo ha formado también su Factory particular con Fangoria, las Nancys Rubias, Bibiana Fernández, Juan Gatti, Topacio Fresh… “No tenemos derecho de admisión”, dice mientras me mira fijamente. “Te veo bien, pero no como antes”, admite.